jueves, 28 de enero de 2016

Capitulo 2

Al llegar a casa mi nariz es invadida por el olor a paella casera, mi padre ¡HABÍA ECHO ARROZ! Las paellas de mi padre son terriblemente deliciosas.
Y yo quería comer de esa paella YA.

Corrí en dirección a mi cuarto me quite la maleta y toda la ropa y simplemente me puse mi camisa ancha y gigante y mis zapatillas de lana de andar por casa.
Salí de mi cuarto y fui hacia el comedor. Y al llegar contemplé el mar inmenso y azul.
Me senté en la mesa enfrente de mi gran plato de paella.
-Bueno… ¿nervioso?- Le dije a mi padre, estaba raro, algo inquieto.
-Sí, mucho.
-Bueno papa tampoco es para tanto, si solo es un viaje en avión ya lo has hecho varias veces- Me reí de él.
- ¡SAMANTA! No digas boberías no estoy nervioso por eso.
- ¿Y entonces?
- Te voy a dejar durante una semana con dos neandertales ¿No crees que tengo que estar nervioso?
- Sé cuidarme papa- Empecé una risa interminable. Podría haberle dicho que si no, no se fuera de viaje con su Patricia amada a recorrer el mundo y que me dejara con los  “dos neandertales” como él dice, pero preferí guardármelo para mis pensamientos porque ya habíamos hablado de ese tema y cada vez que se lo sacaba se le marcaba la vena de la frente, y cuando a mi padre se le marca la vena de la frente…

Ya eran las 00:30. Si mi viaje era nocturno y la verdad es que me encanta viajar de noche, no sé porque pero me parece muy divertido y más relajante.
Tenía todas las maletas hechas. Me duche y me recogí el pelo en una coleta alta, me puse mis vans rojas y la camisa ajustada que me había regalado mi amiga Karen, unos pantis negros, ya que iba a ser un viaje largo y me apetecía ir cómoda. Y para finalizar me puse mi sudadera Nike dos tallas más grandes que la mía, era muy calentita y mi preferida.
Cogí todas mis cosas y las metí en el maletero, tenía una maleta roja y mi maleta de New York como equipaje de mano, ahí llevaría todo lo que me iba a entretener durante el viaje.
-Bueno, llegamos.- Dijo mi padre con cara de lamento.
-Papa, es una semana, encima ya sabes que esto lo hago por ti.
-Vale, pero solo te pido que tengas cabeza.
-¿Cuando no la he tenido?- La conversación fue interrumpida por el muchachito del interfono diciendo:
- “Pipipipi último aviso a los señores pasajeros del vuelo IV1524 con destino Barcelona pipipipi”
-Ese es mi vuelo, me tengo que ir, pásatelo genial con Patricia.- Le di un beso y un abrazo.
Y corrí buscando mi puerta de embarque.
Estuve sentada esperando a que abrieran como unos 15 minutos, no me aburrí mucho porque estaba entretenida leyendo mi libro “Buscando a Alaska” que me recomendó mi amiga Kika.

Me subí al avión algo entristecida, odio estar de vacaciones sin mis amigas, sin embargo me cambio me cambio la cara al ver mi compañero de vuelo.




                      YA TIENE NOMBRE LA HISTORIA... Y ES... "A TRES PUNTAS"

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